A PROPÓSITO DEL ACCIDENTE DE MINERA “CENTINELA” DONDE MURIERON 3 TRABAJADORES EN UN ACCIDENTE LABORAL
La seguridad en las grandes empresas mineras de Chile
Ya van en
7 las muertes accidentales de trabajadores de la minería de la segunda
región en lo que va de este año. Sin embargo no es raro que las empresas
muestren bajas tasas de accidentalidad y digan que tienen pocos
accidentes, pero que cuando estos ocurren generalmente son graves ¿No
será que ocultan y no declaran muchos accidentes?. Digo esto porque lo
lógico es tener muchos cuasi accidentes, algunos sin incapacidades y
varios con daños a la propiedad y de seguro que eso se ha dado así en
las historias de todos los que están leyendo este artículo ¿O no es así
estimado lector?
Primera
acotación. Sin temor a equivocarme afirmo que las grandes empresas
mineras ocultan muchos de los accidentes con incapacidades menos graves
y definitivamente no consideran para nada aquellos sin incapacidades (
en todo caso estos últimos no afectan los índices).
Cuando ingresé a la
Chile Exploration Co. (Chuquicamata) en el año 1966, los administradores
norteamericanos tenían por costumbre ocultar los accidentes. De hecho
mi primer trabajo en el Departamento de Seguridad e Higiene Industrial
de ese entonces fue pasar películas a los lesionados que podían
movilizarse y llegar al lugar en que se les citaba y pasaban como
trabajando y como tal se les pagaba. Recuerdo que en las paredes de la oficina del
entonces Director del departamento, que se llamaba L. H. Van Balkum,
colgaban varios certificados anuales por récords de seguridad otorgados por el Consejo Interamericano de
Seguridad, el que obviamente no tenía mucho cuidado de a quien se los
otorgaba. Estoy seguro de que esa practica de ocultamiento, que es como
la actitud del avestruz, sigue muy en boga.
Segunda
acotación. Todas las grandes mineras dicen que su principal preocupación
es que sus trabajadores lleguen a sus casas cada día o cada término de
turno sanos y salvos, que la seguridad está antes que todo, que nada
justifica arriesgarse, etc. Pues bien, ahora voy a ir al fondo de la
cuestión que a mi entender explica la alta accidentalidad en la minería.
Esta es mi apreciación y opinión como experto en prevención de riesgos.
Afirmo
que todas las grandes empresas mineras y con mayor razón las pequeñas,
se quedaron en el pasado, como en la prehistoria, en lo que a prevención
de riesgos se refiere y, paradójicamente, puede que en eso haya
influido la promulgación de la Ley 16744 de seguro contra los riesgos de
accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, el año 1968. En
especial el decreto N°40, de prevención de riesgos. Mis opiniones al
respecto me las reservo para futuros debates, para no alargar mucho este
artículo.
Afirmo
que las empresas se quedaron en el pasado porque observo lo que es
público y notorio y es que se preocupan y ocupan mucho más de la
“prevención” de lesiones y muertes que de otros incidentes que por las
mismas causas que aquellas (muertes y lesiones) les aquejan y que en
dinero les cuestan como el 80% de las pérdidas incidentales totales y
digo esto no para instarlas a cambiar el foco al otro extremo, sino para
instarlas a preocuparse y ocuparse de todos los riesgos al mismo
tiempo. Esto porque estadísticamente se ha comprobado que por cada 1
accidente con lesión grave o fatal hay como 640 que sólo resultan en
lesiones leves, daños materiales y cuasi accidentes, muchos de ellos con
potencial de haber sido graves o fatales o de haber provocados graves
daños a la propiedad de no haber sido por un instante o por unos pocos
centímetros, por un pelo como decimos coloquialmente.
Y esto es
historia. Hace más de 50 años que el norteamericano Frank Bird Jr.
(Q.E.P.D.) dio a conocer a todo el mundo que además de los accidentes
que causaban lesiones y muertes existían una serie de otros hechos a los
que llamó “incidentes” que merecían mucha atención de parte de los
industriales pues, entre otras cosas, les causaban grandes pérdidas en
dólares y porque además se producían por las mismas causas que
aquellas (muertes y lesiones). Según Bird incidentes son los accidentes
con lesiones, los daños materiales, las fallas operacionales como
compras equivocadas y los cuasi accidentes.
Para
explicar didácticamente su teoría el señor Bird actualizó la hasta
entonces utilizada secuencia del dominó de un Sr. de apellido Heinrich,
que databa de 1930, la que hasta el momento era utilizada para explicar
el fenómeno de la accidentalidad. Resumiendo, el Sr. Bird estableció que
todos los incidentes, inclusive los que causaban lesiones
incapacitantes y muertes, tenían su origen en fallas en la cuarta
función administrativa, el control. Es decir, justo en ese momento había
que dejar de achacar a la falta de conocimiento, a la falta de
capacidades sicosensofísicas y a la tozudez de los trabajadores la
producción de los accidentes y trasladar esa responsabilidad a la
mismísima cúspide de la administración y ese si que fue un golpe
tremendo al orgullo de los directivos, del cual parece que muchos no se
reponen y siguen, como en la prehistoria, castigando a los trabajadores
que sufren o causan accidentes, lo que como se comprenderá no resulta en
ningún beneficio para la empresa, todo lo contrario.
Ahora
bien, considero realmente increíble que a tantos años del descubrimiento
del Sr. Bird nuestros ejecutivos, tanto estatales como particulares,
sigan actuando como en la prehistoria de la prevención, en la era de la
“Seguridad Industrial” y no hayan arribado a la actual del “Control
Total de Pérdidas”. Lo anterior a pesar de que me consta de que muchas
empresas han pagado para que a sus supervisores les hagan cursos sobre
la materia, incluso yo asistí a uno dictado por el IST por allá por el
año 1980, cuando trabajaba en el Departamento de Prevención de Riesgos
de Chuquicamata y recuerdo que me emocionaron mucho los nuevos
conocimientos.
El
problema, a mi entender, es que se enseñaba a los supervisores
subalternos, algo que no se enseñaba muy bien y antes que a los
subalternos, al gerente y a su plana mayor. Por lo tanto todo el
esfuerzo que se hacía era como construir un edificio sobre la arena,
sobre mala base. Esto lo atribuyo a la falta de capacidad de los jefes
de departamentos de prevención de riesgos para plantarse con propiedad
frente a los gerentes, generando así un grave daño a sus empresas.
Por otra
parte en Chile tenemos al Servicio Nacional de Geología y Minas, el
SERNAGEOMIN, el que a mi entender ha incurrido en el mismo error que he
denunciado en el párrafo anterior haciendo cursos de seguridad minera
(para otorgar el reconocimiento como experto en seguridad minera) en los
cuales han pasado lo de Bird y el control de pérdidas, pero sin poner el foco en los gerentes, sino que sólo en los subalternos.
Frente a
cada accidente los funcionarios estatales de la dirección del trabajo y
del SERNAGEOMIN paralizan las actividades y hacen un gran circo con la
investigación de cuyas conclusiones ni siquiera informan a los
trabajadores y que venga el próximo accidente porque las cosas siguen
igual, como en la prehistoria de la seguridad.
A mi
entender lo que hay que hacer es en primer lugar enseñar a los más altos
ejecutivos los últimos descubrimientos de los expertos mundiales de
control de pérdidas, aunque a mi entender con lo que dejó Frank Bird y
asociados es suficiente como para formar una sólida base al respecto.
Esto es lo fundamental, puesto que el jefe debe ser capaz de liderar a
sus subalternos por el camino correcto y para ello tiene que ganarse el
respeto de aquellos, no solo con su maestría de su profesión sea esta la
ingeniería en minas, la de geólogo, ingeniero mecánico, etc.
En pocas
palabras, la gerencia y todos sus delegados, hasta el supervisor de
primera línea deben responder ante sus superiores no solo por la
producción, la calidad, el cuidado del medio ambiente y las relaciones
con la comunidad, sino que también por el control de pérdidas que se
producen por los incidentes asociados a los diversos riesgos que afectan
tanto a la empresa, sus instalaciones equipos y herramientas, como a
todo su personal y la manera de tener éxito, la única manera, es a raíz
del cabal entendimiento, comprensión y aplicación de los conceptos de
control de pérdidas que como ya dije no son nuevos, puesto que tienen
más de 50 años y ya es hora de ponerse al día.
Comentarios
Publicar un comentario
Agradezco las críticas constructivas e ideas para mejorar el artículo