Los riesgos y peligros del uso de gases combustibles
Los gases
combustibles, ya sean los utilizados en el hogar, como el licuado y
el de cañería y los que se utilizan en la industria tienen riesgos
y pueden, en algunas circunstancias representar peligros.
En el uso hogareño
tenemos que los principales riesgos son el de explosión y el de la
asfixia por monóxido de carbono producto de la combustión
incompleta principalmente en calefones o estufas. En la industria se
pueden producir explosiones por acumulaciones de hidrógeno,
acetileno y cualquier gas combustible y por la incompatibilidad del
acetileno con algunos metales, principalmente con el cobre.
En el hogar es
necesario que se emplee la técnica adecuada para encender calefones
y cocinas, cuando esto tenga que hacerse con fósforos encender estos
antes de dar paso al gas.
Muy importante es
evitar encender o apagar luces si es que al entrar a la casa o a
alguna dependencia de esta se siente olor a gas, ya que la chispa que
podría producirse por esta simple acción podría provocar una
explosión. Esto, por supuesto, también es válido para la
industria o cualquier actividad. En el hogar también habrá que
tener cuidado con la actuación de personas con ciertas
discapacidades.
Si se observa
peligro de atmósfera explosiva, dependiendo de la magnitud de la
instalación en cuestión podría ser necesario pedir la asistencia
de personal capacitado de la compañía de gas y de bomberos. Si se
trata de una casa podría ser suficiente que a ella ingresara una
persona que la conociera bien a fin de cerrar la llave de paso del
gas y para abrir puertas y ventanas, para lograr eliminar el peligro
de explosión. No olvidar que si hay oscuridad no hay que encender
luces.
Hace sólo unos días
en el país murió una joven pareja que se estaban dando un baño
juntos dentro de un cuarto de baño que tenía el calefón en su
interior. La explicación para esta tragedia podría ser que el
artefacto estaba mal instalado o que debido quizás a una
intervención dejaron desmontada o descontinuada la chimenea
destinada a la evacuación de los gases producto de la combustión o
que alguien de alguna manera haya obstruido la libre evacuación de
estos, ya sea por ignorancia o incluso con intenciones criminales.
Amén de la chimenea
adecuada para el calefón en cuestión y que esta tenga un fluido
escape a la atmósfera, la puerta del cuarto de baño tendría que
tener en su parte inferior, cerca del suelo, una abertura que permita
la entrada del aire que provea el oxígeno, tanto para la combustión
del gas, como para la respiración del o los usuarios. Si bien es
cierto que el calefón puede funcionar bien en el cuarto de baño, el
peligro que representa una mala instalación es menor en habitaciones
de mayor volumen y en donde hayan puertas y ventanas que se abran con
cierta frecuencia, lo que no significa que en estos casos se
justificaría la inexistencia de la chimenea, ya que
circunstancialmente igual podrían producirse accidentes.
La asfixia de
personas en el hogar también se ha producido por el encendido en su
interior de estufas de combustión, no solo de gas, sino que también
de parafina e incluso de carbón (en braseros). Esto ocurre al cabo
de un cierto tiempo, durante el cual la renovación del aire dentro
del recinto o habitación en cuestión es insuficiente hasta
transformarse en fatal.
El riesgo de
asfixiarse en el hogar cuando se usan artefactos de combustión de
materiales carbonosos es mayor en invierno, por lo frío y también
porque algunas personas sellan toda abertura por donde podría entrar
y salir aire y gases, cuestión a tener en cuenta cuando corresponda.
Finalmente tengo que
decir que el monóxido de carbono es un gas incoloro, inodoro e
insípido, por lo tanto indetectable por nuestros sentidos, lo que lo
hace muy peligroso. También es más pesado que el aire, por lo que
tiende a irse al piso, desde donde comienza a subir; también es
explosivo.
Finalmente algo
trágicamente anecdótico. Alguna prensa, en circunstancias de que
alguien ha muerto asfixiado en un baño que tenía el calefont en su
interior ha publicado que dicha persona murió por la inhalación
del gas crudo, que siguió saliendo luego de apagarse el calefón.
Esto porque se encontró a la o las personas muertas y el aparato
apagado y el gas manando, lo mismo que el agua. Lo que realmente
sucede en estos casos es que ante la insuficiencia de oxígeno cesan
tanto la combustión del calefón como la del cuerpo humano, así de
simple.
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